En Compañera de celda , Ana Merino recorre, con ironía que no deja de estar cargada de calidez, y un desaliento que se pudiera calificar como , luminoso, los cautiverios de lo intuitivo y lo real, para alcanzar la frontera de los miedos más cotidianos. Los sueños y las sombras se cocinan a fuego lento, dándole nuevos matices al mundo poético de una autora dé voz inconfundible, que ya presenta una obra importante dentro de la poesía,española más reciente.
En Compañera de celda , Ana Merino recorre, con ironía que no deja de estar cargada de calidez, y un desaliento que se pudiera calificar como , luminoso, los cautiverios de lo intuitivo y lo real, para alcanzar la frontera de los miedos más cotidianos. Los sueños y las sombras se cocinan a fuego lento, dándole nuevos matices al mundo poético de una autora dé voz inconfundible, que ya presenta una obra importante dentro de la poesía,española más reciente.