Llevo en esta profesión más de 25 años y me sorprende qué gratificante resulta cocinar todos los días y lo mucho que se aprende. Me conmueve la importancia que se le otorga al hecho de cocinar, siendo algo tan sencillo. Más que trabajar con las manos y realizar una cadena de movimientos, cocinar es una forma de ver las cosas: los productos y su frescura, el corte y la proporción, el tamaño y la dosis. Antes de cada paso que das, existe una pequeña reflexión y, por tanto, una decisión que condiciona todo el desarrollo del plato y afecta a su sabor y al placer que genera.
Llevo en esta profesión más de 25 años y me sorprende qué gratificante resulta cocinar todos los días y lo mucho que se aprende. Me conmueve la importancia que se le otorga al hecho de cocinar, siendo algo tan sencillo. Más que trabajar con las manos y realizar una cadena de movimientos, cocinar es una forma de ver las cosas: los productos y su frescura, el corte y la proporción, el tamaño y la dosis. Antes de cada paso que das, existe una pequeña reflexión y, por tanto, una decisión que condiciona todo el desarrollo del plato y afecta a su sabor y al placer que genera.