«Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Jn 10,10). Esta actitud de Jesús debe ser la que inspire el trabajo pastoral y el acercamiento cristiano a los enfermos. Para Jesús, el sufrimiento es un mal ante el que hay que adoptar una postura liberadora, curadora, sanadora. De hecho, toda la vída de Jesús fue una lucha para arrancar al hombre del sufrimiento, la enfermedad, la muerte, el hambre, la tristeza, la desesperación. Aunque el sufrimiento no desaparece, Jesús inocula en él el germen del poder transformador del amor al Padre y a los hombres. De esta manera, el sufrimiento cambia de sentido y se convierte en "sacramento" de fe en el Padre y de amor a las personas. lesús no se deja destruir por el sufrímiento, sino que lo asume activamente en actitud redentora y liberadora.
«Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia» (Jn 10,10). Esta actitud de Jesús debe ser la que inspire el trabajo pastoral y el acercamiento cristiano a los enfermos. Para Jesús, el sufrimiento es un mal ante el que hay que adoptar una postura liberadora, curadora, sanadora. De hecho, toda la vída de Jesús fue una lucha para arrancar al hombre del sufrimiento, la enfermedad, la muerte, el hambre, la tristeza, la desesperación. Aunque el sufrimiento no desaparece, Jesús inocula en él el germen del poder transformador del amor al Padre y a los hombres. De esta manera, el sufrimiento cambia de sentido y se convierte en "sacramento" de fe en el Padre y de amor a las personas. lesús no se deja destruir por el sufrímiento, sino que lo asume activamente en actitud redentora y liberadora.