Los últimos avances científicos en diversos campos, desde la neurociencia hasta la pedagogía, han convergido en mostrar que el ser humano es «plástico», es decir, que posee una enorme capacidad de adaptación, de aprendizaje y de superación de las limitaciones del entorno en el que se desenvuelve.
Los últimos avances científicos en diversos campos, desde la neurociencia hasta la pedagogía, han convergido en mostrar que el ser humano es «plástico», es decir, que posee una enorme capacidad de adaptación, de aprendizaje y de superación de las limitaciones del entorno en el que se desenvuelve.